Generalmente, cuando hablamos de colesterol, es con tintes negativos. Efectivamente, el colesterol malo o LDL, cuando se presenta en exceso, puede producir problemas graves en la salud. Pero ¿sabes que hay un colesterol malo y uno bueno? ¡Vamos a verlos!
El colesterol bueno, colesterol malo y triglicéridos
Tanto el colesterol bueno y malo como los triglicéridos son grasas que circulan por nuestra sangre. El colesterol tiene varias funciones en el organismo: la formación de las membranas celulares, la síntesis de hormonas y la metabolización de las vitaminas. Los triglicéridos, en cambio, almacenan las calorías no utilizadas y proporcionan energía al cuerpo.
Tanto el colesterol malo o LDL como los triglicéridos pueden ser perjudiciales para la salud si se encuentran en niveles altos en la sangre, ya que pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular o pancreatitis.
Existen dos tipos principales de colesterol: el LDL y el HDL.
- El LDL se conoce como el colesterol “malo” porque transporta el colesterol desde el hígado hacia los tejidos y órganos del cuerpo. Si hay más LDL del que se necesita, el exceso se deposita en las arterias y forma las placas de aterosclerosis.
- El HDL se conoce como el colesterol “bueno” porque hace lo contrario: recoge el exceso de colesterol en la sangre y lo lleva al hígado para que sea eliminado del cuerpo. De esta manera, el HDL ayuda a prevenir la formación de placas y a proteger la salud cardiovascular.
¿Cómo aumentar el nivel de colesterol HDL?
Los niveles normales de colesterol HDL o bueno son diferentes según la edad y el sexo. Se considera que un nivel saludable de HDL es mayor de 45 mg/dL para los menores de 19 años. En caso de los adultos, cuando es mayor de 40 mg/dL para los hombres y mayor de 50 mg/dL para las mujeres. Un nivel bajo de HDL aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, mientras que un nivel alto puede tener un efecto protector.
Si tienes un nivel bajo de colesterol HDL o quieres mantenerlo alto por tu salud cardiovascular, hay algunas medidas que puedes tomar para mejorar tu perfil lipídico. Estas son algunas recomendaciones para reducir el colesterol malo y aumentar el bueno:
- Lleva una dieta equilibrada y variada: evita las grasas saturadas y trans, que se encuentran en alimentos como carnes rojas, embutidos, quesos grasos, mantequilla o productos procesados. Estas grasas aumentan los niveles de LDL y disminuyen los niveles de HDL. En cambio, consume más grasas insaturadas o “buenas”, que se encuentran en alimentos como pescados azules (salmón, atún), frutos secos (nueces), aceite de oliva o aguacate. Estas grasas ayudan a elevar los niveles de HDL y a reducir los niveles de LDL.
- Haz ejercicio físico regularmente: practicar una actividad física moderada al menos 30 minutos al día puede mejorar tu circulación sanguínea, tu presión arterial, tu peso corporal y tu nivel de colesterol HDL. El ejercicio también ayuda a reducir el estrés, que es otro factor de riesgo cardiovascular.
- Deja de fumar: el tabaco tiene efectos nocivos sobre tu salud en general, y sobre tu sistema cardiovascular en particular. Fumar reduce el nivel de colesterol HDL e incrementa el nivel de LDL, además de dañar tus arterias, tu corazón y tus pulmones.
- Limita el consumo de alcohol: el alcohol tiene calorías vacías que pueden contribuir al sobrepeso y a la elevación de los triglicéridos, otro tipo de grasa que puede afectar tu salud cardiovascular. Además, puede interferir con algunos medicamentos que se usan para tratar el colesterol alto.
- Tomar suplementos o medicamentos que aumenten el bueno (HLD) o reduzcan el malo (LDL), siempre bajo supervisión de un profesional acreditado.
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