Pocas épocas son tan entrañables y emotivas como las Navidades. Estas fechas están llenas de celebraciones, encuentros familiares y espíritu festivo; pero también tienen un lado oscuro del que a menudo nos olvidamos. La compra de regalos, la elaboración de menús especiales y el acomodo de nuestros invitados pueden causarnos estrés. Además, para muchas es un período de tristeza, añoranza y apatía. Son fechas emotivas donde podemos sentimos más la ausencia de nuestros seres queridos.
En Lanier Pharma queremos ofrecerte estrategias prácticas y sencillas para ayudarte a pasar estas fechas sin estrés y con buen estado de ánimo.
Las Navidades no son un anuncio de la TV
Las expectativas sociales, las demandas financieras y la presión para sentirse alegre pueden contribuir a provocarnos sentimientos abrumadores. Sobre todo si eres una persona altamente sensible, la carga emotiva de estas fechas puede desbordarte, haciendo que te sea difícil afrontar tus sentimientos. Por eso vamos a analizar contigo las principales causas que nos generan estrés y tristeza de estas fechas para poder combatirlas con éxito.
Expectativas poco realistas. La presión social y las expectativas poco realistas sobre cómo debería ser la Navidad pueden generar estrés y ansiedad. El omnipresente marketing y la publicidad que generan estas fiestas, van ejercitando una presión silenciosa en todos nosotros que termina por pasarnos factura.
Solución: Establece expectativas realistas. La navidad no es cómo la pintan los anuncios de TV. Reconoce que la perfección no es alcanzable y que cada celebración tiene sus altibajos. Enfócate en el tiempo de calidad, no en la perfección. Prioriza el tiempo de calidad con tus seres queridos en lugar de preocuparte por la presentación impecable de las festividades.
Presiones financieras. Estas fechas son sin duda las más consumistas del año. Tenemos que afrontar muchos gastos extra como los regalos, las cenas de trabajo, familiares… Todos estos gastos adicionales pueden generar estrés financiero.
Solución: Establece un presupuesto. Cíñete a un presupuesto razonable para regalos, comidas y entretenimiento.
La navidad no es solo alegría, también se siente tristeza por los seres queridos que faltan
Soledad. Para algunas personas, la época navideña puede acentuar la sensación de soledad, especialmente si no tienen la oportunidad de reunirse con familiares o amigos.
Solución: Conecta con los demás. Si no tienes la oportunidad o las ganas de pasar tu tiempo de ocio en familia, compártelo con quien realmente te apetece: personas afines, amigos, vecinos, etc. Hay muchas oportunidades para conectarte con otros, ya sea a través de eventos comunitarios, voluntariado o la participación en actividades grupales
Recuerdos dolorosos. La Navidad suele evocar recuerdos dolorosos, sobre todo asociados a pérdidas afectivas. Esto aumenta drásticamente nuestra sensación de tristeza, pérdida y depresión.
Solución: No te olvides de cuidar de ti mismo. En estos días ajetreados, acuérdate de dedicar parte de tu tiempo a cuidar tu bienestar físico y emocional. Busca actividades que te brinden alegría, calma y pongan las cosas en perspectiva.
Practica la gratitud y la solidaridad. Enfócate en las cosas buenas que tienes en la vida, cosas por las que estás agradecido y reconoce las pequeñas alegrías que la temporada navideña te regala.
Encuentra significado en la temporada navideña, participando en actividades que te aporten, ya sea a través de la religión, la espiritualidad o el servicio a los demás.
Busca apoyo si lo necesitas. Si te sientes abrumado, busca el apoyo de amigos, familiares o profesionales de la salud mental. No te sientas mal por pedir ayuda si la necesitas.
Fatiga y agotamiento. El ajetreo y el bullicio de estas celebraciones unidas a nuestros quehaceres del día a día, suele causarnos fatiga, agotamiento y apatía.
Solución: Establece límites. Aprende a decir “no” de manera respetuosa si sientes que estás asumiendo demasiadas responsabilidades. Planifica todo lo que puedas con anticipación. Siempre que sea posible, organiza tus compromisos y responsabilidades con anticipación para reducir el estrés de última. Si los planes se tuercen, no te estreses y déjate llevar, siempre hay una solución si estamos en calma.
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